6 de abril de 2013

VIVIENDO EL ESTRES


Frecuentemente oímos decir de las personas expresiones tales como: “tengo un estrés”, “tengo la cabeza que me va explotar por tanto trabajo que me estresa”, “no doy más con eso ya me estrese”, etc. Usamos en nuestro lenguaje cotidiano ese simple bisílabo (estrés), pero que al parecer no es tan simple como se escribe o se pronuncia. 
Después de este preámbulo, comencemos por definir que es el estrés para ponernos a tono con todo lo que pretendo abordar en esta reflexión, y así de una manera más clara podríamos entender, cuales son las distintas estructuras cerebrales que participan en el desarrollo del mismo y como se hace presente el sistema nervioso como activador y regulador del estrés. Todo esto con el objetivo de instruir y fortalecer los conocimientos en base a este tema. 
Según Hans Selye el termino estrés, es una respuesta no especifica del organismo ante una demanda exterior (1). Esto que quiere decir, que si en el ambiente donde nos desarrollamos, hay una gran magnitud de estímulos dirigidos hacia uno mismo, esto conllevará a que nuestro organismo se exija mucho más en su potencial de acción o en sus capacidades, para poder cumplir con toda la demanda que se nos está presentando actualmente, donde va a llegar a un punto en el cual el cuerpo diga ya no puedo más, y ese ya no puedo más viene haciéndose notar a través de una sintomatología como lo es el dolor de cabeza, gastritis, cese de la actividad física desgastadora y desanimo en la persona. Es decir que las reacciones del estrés son de tipo (emocionales, cognitivas, fisiológicas y conductuales) (2) pero como llega el estrés a configurarse en nuestro cuerpo: el cerebro permite al organismo percibir un conjunto de estímulos intero y exteroceptivos y responder a posteriori a los distintos tipos de estímulos estresantes (ambientales y biológicos), determinando tanto respuestas fisiológicas como conductas complejas propias del ser humano (3). Un estímulo es percibido por los órganos de los sentidos, este viaja a través de la médula espinal y llega a la corteza cerebral (sistema nervioso central) de ahí se envía un mensaje sináptico al tálamo que activa las áreas del hipotálamo e hipófisis, el hipotálamo envía la información a la glándula pituitaria esta produce corticotropina la cual es dirigida a las glándulas suprarrenales que viaja a través de la medula espinal activando el sistema nervioso simpático y produciéndose adrenalina que aumenta la presión arterial y la frecuencia cardiaca, cortisol que aumenta los niveles de glucosa en la sangre y noradrenalina que dilatan la pupila, estas hormonas son necesarias para que el organismo se adapte a la situación en pocas palabras si decide huir o enfrentarse. Luego el sistema nervioso parasimpático se activa es decir el hipotálamo entra a regular al organismo hiperventilado y colocarlo nuevamente en un estado de homeostasis. 
El sistema inmunológico, porque está confirmado por varias investigaciones científicas, que los altos niveles de estrés y debilitan la función de este sistema, exponiendo a nuestro organismo muy fácilmente a enfermedades, bacterias, etc. El sistema límbico, ya que la sobre producción de cortisol en el cuerpo inhibe la producción de dopamina conocida como la hormona de la felicidad, por lo cual después de un evento hipervigilante del hipotálamo nos sentimos tristes, deprimidos, con pensamientos negativos, como no soy capaz, mis capacidades son muy insuficientes, etc. 
El estrés en conclusión nos saca de nuestra homeostasis, para desequilibrar nuestro sistema nervioso si queremos atender a las exigencias que se nos presentan diariamente. 

Bibliografía: 

1 Mucio J., La neuroquímica del estrés y el papel de los péptidos opioides Revista de Educación Bioquímica Mucio Ramírez, Universidad Nacional Autónoma de México, Vol. 26, Núm. 004, diciembre, 2007, pp. 121, México. 

2 Gómez V., Relación entre estrés e inmunidad: Una visión crítica a la investigación Revista Latinoamericana de Psicología; Vol. 32, Núm. 001, 2000, pp. 40, Fundación Universitaria Konrad Lorenz, Colombia 

3 D’Alessio L., Mecanismos Neurobiológicos de la Resiliencia, edit polemos, cap 2. 

Sierra J., Ortega V., Zubeidat I. Ansiedad, Angustia Y Estrés: Tres Conceptos A Diferenciar. Revista Mal-Estar E Subjetividade / Fortaleza / V. III / N. 1 / P. 10 - 59 / Mar. 2003. 

Esta entrada fue escrita por Noris Navarro estudiante de tercer semestre de psicología. Universidad de la Costa. C.U.C. 2013.

2 comentarios:

  1. este tema de estrés me parece muy interesante y mas a los estudiantes que estudiamos y trabajamos a la ves.. que tenemos múltiples compromisos por cumplir y aveces no sabemos como hacer.. esta puede ser una fuente de ayuda para aquellos que nos acarrea! este tema de estrés

    ResponderEliminar