6 de abril de 2013

BASES BIOLOGICAS DE LA CONDUCTA ANSIOSA

La ansiedad es una conducta emocional que cumple una función adaptativa en diversas situaciones, surge en respuesta a la exposición a ambientes que impliquen peligro o amenaza. Es una experiencia universal y cotidiana, considerada como esperada o normal ante determinados contextos. En esta medida, la ansiedad surge como un mecanismo de vigilancia que intenta asegurar la supervivencia del individuo. 
Por otro lado, la ansiedad puede surgir también como una conducta patológica cuando después de cierta continuidad de las respuestas o excesiva intensidad de las mismas, no se logra establecer el equilibrio necesario entre el sujeto y los estímulos que la desencadenan.
En cuanto al aspecto biofisiologico de los trastornos de ansiedad, esta, es definida como la activación del sistema nervioso autónomo, debida una hiperactividad de la función noradrenergica relacionada a estímulos externos o como resultado de un trastorno endógeno de las estructuras o de la función cerebral. Dicha activación da como resultado la expresión de síntomas periféricos derivados del sistema nervioso vegetativo (aumento del tono simpático) y del sistema endocrino (hormonas suprarrenales), que son los que como consecuencia final desencadenan la expresión de los síntomas de la ansiedad ante una amenaza potencial real o imaginada a la integridad física o psíquica. De igual forma la estimulación del sistema límbico y de la corteza cerebral se traducirá en síntomas psicológicos de ansiedad. Esta reacción de hiperalerta se manifiesta en forma de síntomas físicos, psicológicos (cognitivo-emocionales conductuales o somáticos); angustia, temores, preocupación, inseguridad, inquietud, distraibilidad, tensión motora, hiperactividad autonómica, digestiva, cardiocirculatoria y respiratoria.



Esta entrada fue escrita por Oscar Gomez estudiante de tercer semestre de psicología. Universidad de la Costa. C.U.C. 2013

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